Primary schools lack male teachers


[The Guardian, Monday 23 March 2009]


More than a quarter of primary schools in England do not have a single male teacher, according to figures revealed under the Freedom of Information Act



One in four primary schools in England have no male teachers, new figures show.
A total of 4,587
primary schools – more than a quarter – only have female teachers, according to the statistics obtained through the Freedom of Information Act.


Some counties, including Cumbria, Derbyshire, Essex, Hampshire, Hertfordshire, Lancashire and Norfolk, have more than 100 primaries where
teaching is done solely by women.

The figures, obtained by the Telegraph, highlight the difficulty in getting male teachers to opt for primary education despite a two-year government campaign.
Primary teaching is increasingly seen as a "feminine" career and men tend to shun working with younger children through fears they will be accused of paedophilia.


But experts say it is particularly important for boys to have positive male role models as they grow up.


For many, the lack of male teachers in primary school means they do not have regular contact with an adult man until the age of 11, when they move to secondary school.


But Jim Knight, the schools minister, said the situation was improving.
"There has never been a better time to be a teacher with pay at record levels; more support staff than ever before to free them up to focus on the classroom; better facilities; and schools given full power to impose discipline – but we know there is more to do to take on a long-standing and completely false perception among some men that primary schools don't offer as demanding a job as secondary schools," he said.


"The Training and Development Agency's more direct and male-centred recruitment campaigns are helping to get more men in the classroom – and we are starting to see more male applicants come forward in the last year."
A spokesman for the TDA said the number of men applying to be a primary school teacher was "gradually improving".


"In 2001-02 around 1,500 men began primary teacher training. The TDA launched a campaign in 2005 and halted the downward trend. That number has risen to 2,341 in 2008-09," he said.


"Our recruitment campaign emphasises the rewards of a good salary and career path for teachers, as well as the rewards of making a difference to young peoples' lives.


"The TDA also provides primary taster courses especially for men; advice from serving male teachers who act as teaching advocates and funding for teacher training providers to help them recruit and retain male applicants."


• This article was amended on Thursday 26 March 2009. Above we said incorrectly that none of the Isle of Wight's primary schools have male teachers. This is not the case.

Las diferencias entre el fracaso escolar masculino y el femenino son enormes en España


[Magisterio, marzo 2009]


El fracaso escolar se extiende por el nordeste de España


-En 2002 el fracaso escolar dividía España dos mitades, norte y sur. Pero en 2006
este fracaso ya se había extendido por el nordeste peninsular. Además, la densidad del fracaso se ha desplazado hacia el Levante.
-Las provincias con mayor fracaso son Ceuta (52%), Alicante (44%) y Almería (39,4%). Las que menos, Guipúzcoa (11,9) y Asturias (16,5%), seguidas por Soria (16,7%) y Salamanca (17,9%).
-La peor evolución la registran Teruel (11,3 puntos más desde 2002), Palencia (+9,4) y Huesca (8 puntos más). La mejora más pronunciada desde 2002 se encuentra en Soria (-8 puntos) y Ávila (-6,5).
-La probabilidad de fracasar de una chica soriana es del 7%, mientras que la de un chico alicantino es del 52%, siete veces y media más.
-La única provincia donde las chicas fracasan más que los chicos es Ceuta, aunque más de la mitad de ambos sexos no acaban la ESO. Por el contrario, varias de las provincias con mayor diferencia entre sexos se concentran en la submeseta sur.

NOTA DE PRENSA

Madrid, 25 de marzo.– El periódico semanal MAGISTERIO publica en exclusiva y por primera vez desde que se implantó la Logse el fracaso escolar por provincias. Los primeros análisis de los datos, correspondientes al periodo 2002-2006, indican que el fracaso fue ganando terreno en esos años por el nordeste español, dejando al tercio noroccidental con una tasa sensiblemente menor.
Aún así, ninguna provincia española tiene un fracaso bajo en términos europeos, ya que ni una se encuentra por debajo del 10%. Se aproxima Guipúzcoa, con un 12%, aunque por debajo del 20% se encuentran también Asturias, Soria, Salamanca, Álava y Vizcaya. Por debajo, una cuarta parte de las provincias españolas se encuentra con más de un 35% de fracaso, todas ellas en la mitad sur. Los últimos lugares los ocupan Ceuta, Alicante y Almería.


Por sexos, las diferencias se amplían mucho más, siendo más de siete veces menor la probabilidad de fracasar de las mujeres nacidas en Soria que de los hombres alicantinos.


El fracaso escolar se calcula a partir de la tasa bruta de graduados en ESO, e indica el porcentaje de población que no obtiene el título de Educación Secundaria Obligatoria. En 2006 ese porcentaje fue del 30,8% de los estudiantes. Todos los datos del estudio, en las páginas siguientes.


Chicos y chicas:

> Las diferencias entre el fracaso escolar masculino y el femenino son enormes en España, donde en 2006 alcanzaban los 14 puntos.


Ceuta:
> Sin embargo, la media española esconde una casuística de lo más variada. Por ejemplo, Ceuta es la única "provincia" donde chicos y chicas están
igualados en fracaso. Desgraciadamente, para mal: tanto la mitad de los chicos
como la mitad de las chicas fracasan en este territorio, dependiente,
por cierto, del Mepsyd.

Diferencias reducidas:
> Tras esta ciudad autónoma, las provincias con menos diferencias
de fracaso entre chicos y chicas son Palencia (2,5 puntos), Guipúzcoa (6,4), Melilla (7,4), Zaragoza (7,9) y Barcelona (9,7). Son las únicas provincias
con menos de diez puntos de diferencia.

Diferencias enormes:
> Por la parte baja de la tabla, el caso de Cáceres es el más relevante,
pues hay 23 puntos de diferencia entre el fracaso de
uno u otro sexo. La siguen, con una diferencia entre 19 y 20
puntos, Cuenca, Toledo, Soria, Castellón y Albacete.

Sorianas:
> El caso de Soria es bastante particular: mientras que los hombres tienen un fracaso escolar similar al de las provincias de su entorno, las chicas
obtienen el menor fracaso de España, con un 7%.

Meseta sur:
> No deja de ser preocupante –aunque el Ministerio de Igualdad no moverá una pestaña por este hecho– el que las mayores diferencias entre chicos
y chicas se concentren en la meseta sur, donde se concentran cuatro de las seis provincias con más diferencias.
Capitalidad:
> Las provincias con grandes ciudades suelen tener menos diferencias
de fracaso entre chicos y chicas, y por ello están en la parte alta de la tabla Madrid, Barcelona o Zaragoza.

Siete veces más:
>Una soriana tiene un 7% de probabilidades de fracasar. Un alicantino, un 52%.

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Männliche Lehrer gesucht


[Wien.orf.at, 20.03.2009]
 
In den Volksschulen unterrichten zehnmal mehr Frauen als Männer. Auch in den Hauptschulen gibt es deutlich mehr Lehrerinnen. Die Pädagogische Hochschule Wien will das nun ändern und mehr Männer in die Klassen holen.
 
Ausstellung soll Männerberufe hinterfragen


In den heimischen Volksshulen gibt es rund 4.000 Lehrinnen, aber nur nur 400 männliche Kollegen. Auch an den Hauptschulen sieht die Situation ähnlich aus, dort ist das Verhältnis Frauen-Männer 70 zu 30.

In der Pädagogischen Hochschule in Favoriten hätte man gerne mehr männliche Anwärter auf den Lehrerberuf. Aus diesem Grund ist dort eine Ausstellung eröffnet worden, die das Interesse von Männern für den Lehrerberuf wecken soll. In dieser werden klassische Männerberufe thematisiert und hinterfragt.
Für die Entwicklung der Schüler wäre es wichtig, dass sie von Erwachsenen Vorbildpersönlichkeiten beiderlei Geschlechts unterrichtet werden, ist Dagmar Hackl, Rektorin an der Pädagogischen Hochschule, überzeugt.

"Nicht so gut bezahlt und prestigeträchtig"

Derzeit studieren fünf mal mehr Frauen als Männer an der Hochschule. Dass es so wenige Männer sind, habe auch mit wirtschaftlichen Erwägungen zu tun, glauben viele.

"Das Volksschullehramt ist leider nicht so gut bezahlt und auch nicht so prestigeträchtig", meint Jens-Frederik Maier, der die Ausbildung zum Volksschullehrer absolviert. "Es ist ein atypischer männlicher Beruf", ergänzt seine Mitstudentin Barbara Murth.

Die Pädagogische Hochschule schließt man nach frühestens sechs Semestern mit dem Bakkalaureat ab und kann sich danach um eine Stelle als Pflichtschullehrer an einer Volks-, Haupt- oder Sonderschule bewerben. Die Voranmeldung für das Wintersemester 2009/10 läuft jedenfalls.

Die Tat eines Frauenhassers


[Welt Online, 16. März 2009]

Von Alice Schwarzer


Jungen brauchen nicht mehr männliche, sondern mehr menschliche Vorbilder

Im "Emma"-Online-Forum begann die Debatte bereits wenige Stunden nach dem Massaker. "Warum sind Amokläufer fast ausschließlich männlich?", fragt die Unternehmerin Susanne Weimann (alias "Ms Brainshaker"). Und Schauspieler Gerd Buurmann aus Köln klagt: "Mich macht es fuchsteufelswild, wenn ich höre, der Amokläufer hätte wahllos um sich geschossen. Er hat gezielt in die Köpfe von Mädchen geschossen. Das ist alles, aber nicht wahllos. Wieso wird das nicht deutlich gesagt?"

Die Polizei sagte es auf ihrer ersten Pressekonferenz am 11. März noch unmissverständlich: "Auffällig ist, dass es sich bei den Opfern vor allem um Mädchen handelte." In der Tat: Von insgesamt 19 Opfern in der Schule - von denen zwölf tot sind und sieben verletzt - sind 18 weiblich, also 95 Prozent.

Der Amokläufer war keineswegs wahllos, er hat seine Opfer durch gezielte Kopfschüsse regelrecht hingerichtet. Tim K. erschoss drei Lehrerinnen und acht Schülerinnen, sieben weitere überlebten. Nur einer der Toten in der Schule war männlich: ein Junge albanischer Herkunft. Erst außerhalb der Schule hat er dann auf der Flucht wahllos um sich geballert und dabei auch noch drei zufällig anwesende Männer getötet.

Damit ist das Drama in der schwäbischen Kleinstadt Winnenden das erste Massaker mit dem Motiv Frauenhass in Deutschland - und das zweite weltweit in einem Nicht-Kriegsland.

Doch welche Schlüsse werden daraus gezogen? Die ARD-Nachrichten sprachen am zweiten Tag von "drei Lehrern und neun Schülern", die getötet worden seien. Und die politischen TV-Magazine problematisierten am Abend danach zwar den privaten Waffenbesitz oder den jugendlichen Internetkonsum. Zu Recht. Doch dieser zentralste, offensichtlichste Aspekt - der Frauenhass - kam mit keinem Wort mehr vor.

Der 17-Jährige kommt aus einem wohlsituierten Elternhaus, der Vater ist Unternehmer. Tim K. galt als verklemmt und war ein schlechter Schüler, hatte im vergangenen Jahr jedoch den Realschulabschluss geschafft und besuchte anschließend ein Berufskolleg. Tim K. soll sich früher von einer Lehrerin "gemobbt" gefühlt haben: "Er hat sie regelrecht gehasst, wie Frauen allgemein", so ein Nachbar der Familie zur "Bild"-Zeitung. Am Tag darauf, am 13. März, sagte Dieter Lenzen, Erziehungswissenschaftler und Präsident der FU Berlin: "Die Jungen sind die Verlierer im deutschen Bildungssystem." Und er wusste auch schon, warum: "Vor allem die Tatsache, dass Jungen schon in der Grundschule meistens von Lehrerinnen unterrichtet werden, verhindert, dass sie eine männliche Identität ausbilden können."

Eine "männliche Identität" - was ist das? Wohin in der Tat die Verunsicherung eines Mannes führen kann, das hatte am 6. Dezember 1989 in Kanada Marc Lépine gezeigt. Der 25-Jährige stürmte einen Unterrichtsraum der Montrealer Ecole Polytechnique mit dem Ruf: "Ich will die Frauen!" Sodann erschoss er 14 Ingenieurstudentinnen und schrie: "Ihr seid Feministinnenpack. Ich hasse Feministinnen!" Am Schluss tötete er sich selbst. Der Sohn einer Kanadierin und eines Algeriers war ein arbeitsloser Elektriker, der nicht an der Ingenieurschule angenommen worden war.

Auch der Jugendliche Tim K. scheint in der Tat als Mann verunsichert gewesen zu sein. Doch es gibt keine Anzeichen dafür, dass es ihm an männlichen Vorbildern mangelte. Im Gegenteil, sein Vater inszeniert sich offensichtlich als Heman: Er gilt als "Waffennarr", ist Mitglied des örtlichen Schützenvereins, besitzt insgesamt 15 Waffen, und in seinem Waffenschrank fand die Polizei 4600 (!) Patronen. Der Sohn, der häufig mit dem Vater Schießübungen machte, entwendete die 15. Waffe, die unverschlossen im Schlafzimmer lag, und Hunderte von Patronen dazu.

Tim K. soll "Depressionen" gehabt haben. Wir alle kennen depressive Frauen. Morden sie? Nein, höchstens sich selbst.

Es ist keineswegs eine Überraschung, dass der unauffällige Tim K. Porno- und Gewaltvideos konsumiert und täglich Stunden im Internet gesurft haben soll. Seit er das tat, soll er sich verändert haben. Vielleicht sollte also statt über seine früheren Lehrerinnen eher über sein heutiges Parallelleben in einer virtuellen Welt voller gewalttätiger Helden nachgedacht werden?

Schon im Frühling 2007 schlug der Münchner Neuropsychologe Henner Ertel Alarm. Sein Institut für rationelle Psychologie macht seit 30 Jahren Langzeitstudien zu den Auswirkungen von Pornografie. Bei der Auswertung der Daten aus den letzten 20 Jahren stellten die WissenschaftlerInnen "eine dramatische Entwicklung in den letzten fünf Jahren" fest: "Was da auf unsere Gesellschaft zukommt, ist das Grauen." Die Psychologen registrierten veränderte Verhaltensweisen: "Gewalt ist heute ein legitimes Mittel, Ansprüche durchzusetzen." Es gebe auch Veränderungen im Gehirn: "Das Gehirn passt seine Verarbeitungsstrategien an und schützt sich gegen die Flut von Gewalt und Pornografie durch Abstumpfung." Ertel weiter: "Emotionale Intelligenz und Empathiefähigkeit haben bei den Jugendlichen enorm abgenommen. Sexualität ist heute für die Mehrheit der jungen Männer, aber auch für viele junge Frauen unlösbar mit Gewalt verknüpft."

In quasi allen Fällen von Männergewalt in Friedenszeiten spielt der Männlichkeitswahn - also die verunsicherte Männlichkeit, verbunden mit einem Größenwahn - eine zentrale Rolle. Die männlichen Allmachts- und Todesfantasien sind das Dynamit. Da kann eine - vermeintliche - Kränkung durch eine Frau (wie zum Beispiel eine Zurückweisung) leicht zum auslösenden Funken werden.

Diese Jungen sind wandelnde Zeitbomben. Und es ist zu befürchten, dass Tim K. aus dem Eigenheim in der idyllischen schwäbischen Kleinstadt nicht der letzte Amokläufer war. Wie aber können potenzielle Opfer in Zukunft geschützt werden, vor allem: Wie kann verhindert werden, dass diese "Verlierer" zu Verbrechern werden? Ganz sicher nicht durch ein Mehr an Männlichkeit, wie Professor Lenzen es fordert, sondern nur durch das Gegenteil: durch ein Mehr an Menschlichkeit!

Auf der ersten Pressekonferenz nach der Tat erhob ein hilfloser Polizeichef die Forderung nach Einlass-Chips für Schulen. Er scheint immer noch nicht verstanden zu haben, dass das Böse nicht von draußen kommt. Es ist unter uns. Es sind unsere eigenen Söhne, Nachbarn und Mitschüler, die zu Vergewaltigern und Mördern werden.

Wir können uns vor diesen ausrastenden Jungen nicht schützen. Wir können sie nur vor sich selbst schützen. Das Rezept dazu heißt: aufmerksame, zugewandte Eltern und LehrerInnen, mehr Psychologen und Sozialarbeiter in Schulen und Jugendhäusern - sowie eine Erziehung nicht etwa zum Selbstmitleid und zur "Männlichkeit", sondern zur Mitleidensfähigkeit und Menschlichkeit.

Doch vor dem ersten Schritt zur Änderung der Verhältnisse muss die Bereitschaft stehen, die Wurzeln des Übels zu erkennen. Und sie endlich auch zu benennen!

Jungen sind die Verlierer im deutschen Bildungssystem

[Online-Schule, 12.03.09]
 
Die großen Verlierer im deutschen Bildungssystem sind die Jungen. Laut einer Studie des Aktionsrats Bildung verstärkt sich der Bildungs- und Leistungsrückstand der Jungen zunehmend. Vor allem in Ostdeutschland ist die Benachteiligung der Jungen am größten.
 
Jungen werden nach einer Studie des Aktionsrats Bildung in Kindergarten und Schule massiv benachteiligt. Nicht mehr die Mädchen, sondern die „Jungen sind die Verlierer im deutschen Bildungssystem", sagte der Ratsvorsitzende und Präsident der Freien Universität Berlin, Dieter Lenzen, am Donnerstag in München. Statt auszugleichen, verstärke die Schule den Bildungs- und Leistungsrückstand der Jungen. Am schlimmsten sei die Benachteiligung in den ostdeutschen Ländern.
 
„Beim Übergang auf das Gymnasium müssen Jungen eine deutlich höhere Leistung erbringen. Der Weg in die Berufsausbildung ist für Jungen erschwert", kritisierte Lenzen. „Von allen Schulabgängern ohne Abschluss sind 62 Prozent Jungen." Auch bei den Abiturienten seien die Mädchen ebenso klar in der Mehrheit. Die einstige „Bildungsbenachteiligung des katholischen Arbeitermädchens vom Lande wurde durch neue Bildungsverlierer abgelöst: die Jungen", sagte Lenzen.
 
Der Dortmunder Professor Wilfried Bos sagte: „Männer sind nicht per se dümmer. Wir werden nur nicht so gefördert."
 
Das Risiko für Jungen, in Schule und Beruf zu scheitern, sei am größten in Brandenburg, Sachsen-Anhalt, Thüringen und Mecklenburg-Vorpommern. Das fange schon im Kindergarten an, wo der Anteil der männlichen Erzieher unter drei Prozent liege. Auch bei den Abiturienten ist der Anteil der Jungen in Rheinland-Pfalz und in diesen vier Ländern am größten. Am geringsten seien die Geschlechterunterschiede bei Bildung in den Stadtstaaten Hamburg und Berlin.
 
Mehr männliche Kindergärtner gefordert
 
Um Jungen besser zu fördern, müssten Männer als Kindergärtner und Grundschullehrer bevorzugt eingestellt werden, forderte der Aktionsrat. Während deutsche Lehrer Spitzenlöhne bekämen, würden Kindergärtner unterbezahlt.
 
Der Initiator des Aktionsrats und Präsident der Vereinigung der Bayerischen Wirtschaft, Randolf Rodenstock, sagte, die Bildungs-Ungleichheit „überschreitet die Grenzen des rechtlich und moralisch Hinnehmbaren". Dass zweimal so viele Jungen wie Mädchen keinen Schulabschluss schafften und nur ein Fünftel der Jungen das Abitur machten, könne sich das alternde Deutschland nicht mehr leisten.
 
Lenzen bezeichnete die Benachteiligung von Jungen in der Schule sogar als eine mögliche Ursache des Amoklaufs von Winnenden. Es sei bemerkenswert, dass die meisten Opfer von Tim K. Mädchen und Lehrerinnen und dass die meisten Amokläufer Jungen sind. „Das Bildungssystem schafft es nicht, Jungen in den Zustand psychischer Ausgeglichenheit zu versetzen, der solche Taten ausschließt", sagte der Professor. „An den Auswüchsen sieht man, was an Problemen im System entstehen können."

Schulen benachteiligen Jungen massiv


[Der Spiegel, 12.03.2009]
 
Das Schulsystem produziert haufenweise Verlierer - die Mehrheit ist männlich. Schon im Kindergarten werden Mädchen deutlich bevorzugt, auch in der Schule müssen Jungs um Aufmerksamkeit und gute Noten kämpfen. Ursache des Problems: Kitas und Grundschulen sind fest in weiblicher Hand.
 
Dumme Jungen, schlaue Mädchen? Der oberflächliche Blick auf die Schulnoten führte zu diesem lange gepflegten Vorurteil. Eine neue Studie des Aktionsrates Bildung bestätigt aber, dass der Grund für die Zensurenlücke ein anderer ist: Jungen werden in Kindergarten und Schule massiv benachteiligt.


Nicht mehr die Mädchen, sondern die "Jungen sind die Verlierer im deutschen Bildungssystem", sagt der Ratsvorsitzende und Präsident der Freien Universität Berlin, Dieter Lenzen. Statt auszugleichen, verstärke die Schule den Bildungs- und Leistungsrückstand der Jungen. Am schlimmsten sei die Benachteiligung in den ostdeutschen Ländern.

"Beim Übergang auf das Gymnasium müssen Jungen eine deutlich höhere Leistung erbringen. Der Weg in die Berufsausbildung ist für Jungen erschwert", kritisierte Lenzen. "Von allen Schulabgängern ohne Abschluss sind 62 Prozent Jungen." Bei den Abiturienten seien die Mädchen wiederum klar in der Mehrheit. Die einstige "Bildungsbenachteiligung des katholischen Arbeitermädchens vom Lande wurde durch neue Bildungsverlierer abgelöst: die Jungen", sagte Lenzen.

Damit bestätigt der Aktionsrat Bildung ein Ergebnis, zu dem auch eine Untersuchung des Bundesbildungsministeriums vor gut einem Jahr gekommen war. Tenor: In der Grundschule sehen sich Jungen einer weiblichen Übermacht an Lehrkräften gegenüber - und werden von den Lehrerinnen häufig benachteiligt. Der Hallenser Bildungsforscher Jürgen Budde kam in dem Bericht zu dem Schluss, dass Jungen in allen Fächern bei gleicher Kompetenz schlechtere Noten kriegen als ihre Mitschülerinnen. Selbst wenn sie die gleichen Noten haben wie Mädchen, empfehlen die Lehrer ihnen seltener das Gymnasium. Kurzum, Jungs werden bei gleicher Leistung schlechter behandelt.

Weil der Schulabschluss die gesamte Erwerbsbiografie beeinflusst, sind junge Männer deutlich häufiger arbeitslos als junge Frauen - damit wird aus einem individuellen Problem, auch ein gesellschaftlicher Missstand.

Der Dortmunder Bildungsforscher Wilfried Bos sagte: "Männer sind nicht per se dümmer. Wir werden nur nicht so gefördert." Das Risiko für Jungen, in Schule und Beruf zu scheitern, sei am größten in Brandenburg, Sachsen-Anhalt, Thüringen und Mecklenburg-Vorpommern. Das fange schon im Kindergarten an, wo der Anteil der männlichen Erzieher unter drei Prozent liege. Am geringsten seien die Geschlechterunterschiede bei Bildung in den Stadtstaaten Hamburg und Berlin.

Dürfen Jungen nicht mehr Jungen sein?

Jungen haben laut Lenzen oftmals gar nicht die Chance, eine ausgereifte Geschlechtsidentität zu bilden, da sie im Kindergarten und in der Grundschule meist mit Erzieherinnen und Lehrerinnen konfrontiert seien. In keinem Bundesland liegt der Anteil männlicher Erzieher in den Kindertagesstätten bei mehr als zehn Prozent.

Die Ergebnisse sind Teil des Jahresgutachtens des Aktionsrats Bildung unter dem Titel "Geschlechterdifferenzen im Bildungssystem". Zum Aktionsrat gehören neben FU-Präsident Lenzen und Wilfried Bos noch einige weitere namhafte Bildungsforscher, darunter der Koordinator der deutschen Pisa-Studie Manfred Prenzel.

Auch der Vorsitzende des Bayerischen Philologenverbands, Max Schmidt, betonte: "Sowohl in der Grundschule, aber auch während der Pubertät, ist es wichtig, dass Jungen und Mädchen in männlichen und weiblichen Lehrkräften positive Rollenvorbilder erleben." Das zunehmende Verschwinden von Männern aus den Schulen erschwere gerade den Jungen die Auseinandersetzung mit der eigenen Rollenidentität.

Der Präsident der Vereinigung der Bayerischen Wirtschaft (vbw), Randolf Rodenstock, warnte angesichts der vielen männlichen Schulabgänger ohne Abschluss, man könne es sich nicht leisten, so viele junge Männer auf dem Bildungsweg zu verlieren. Langfristig steuere Deutschland auf einen Arbeitskräftemangel zu, der durch die aktuelle wirtschaftliche Lage nur verzögert werde. Der von der vbw initiierte Aktionsrat Bildung fordert daher, dass das pädagogische Personal in seiner geschlechterspezifischen Kompetenz geschult werden müsse.

cht, AP/ddp

Schule ist nichts für Jungs


[Online Schule, 12.03.09]

Jungen ecken in der Schule öfter an oder scheitern. Mädchen werden bei gleichen Leistungen besser benotet, behaupten Wissenschaftler. Wer ist schuld an der Bildungsmisere der Jungs?
 
Von FOCUS-SCHULE-Redakteurin Andrea Hennis

Mädchen haben eher ein angepasstes, Jungen ein angespanntes Verhältnis zur Schule. Während Mädchen vorwiegend mit erfreulichen Noten und guten Bildungsabschlüsse glänzen, schlagen sich Jungen verstärkt mit Disziplinarmaßnahmen und Versetzungsvermerken herum. Die Statistiken sprechen eine deutliche Sprache: Förderschüler, Hauptschüler, Schulabbrecher und Sitzenbleiber sind mehrheitlich Jungs. Wird es nicht langsam Zeit, die Förderprojekte für Mädchen einzustellen und dafür lieber dem männlichen Geschlecht auf die Sprünge zu helfen?

Tatsächlich haben sich Bildungsforscher und Erziehungswissenschaftler in den letzten Jahren zunehmend Gedanken gemacht, warum und woran Jungen in der Schule scheitern. Die jüngste Studie kommt vom Aktionsrat Bildung – einem von der Wirtschaft beauftragten Expertengremium –, dessen aktuelles Jahresgutachten „Geschlechterdifferenzen im Bildungssystem" heute in München vorgestellt wird. Auch die Ratgeberliteratur zur Jungenproblematik boomt. An Kritikpunkten mangelt es offenbar nicht.
 
Schlechtere Noten bei gleicher Leistung
 
Jungen und Mädchen würden zwar gemeinsam unterrichtet, aber anders behandelt und unterschiedlich benotet, bemängeln Bildungsforscher. Zwei Drittel ihrer (positiven wie negativen) Aufmerksamkeit widmeten Lehrerinnen und Lehrer den Jungs. Notgedrungen. Die Mädchen würden dafür mit besseren Noten entschädigt. Studien zufolge beträgt der Mädchenbonus für angepassteres Verhalten, aktivere Mitarbeit und „selbstgesteuertes Lernen" bei gleichen Leistungen durchschnittlich eine Note. Keine gute Voraussetzung für Jungen in einem Schulsystem, das Schüler immer noch stark nach Zensuren selektiert.
 
Mädchen sind anders, Jungen auch
 
Dass Mädchen und Jungen unterschiedliche Interessen und Bedürfnisse haben – zum Beispiel beim Bewegungsdrang, beim Leseverhalten und bei der Mediennutzung –, lässt sich nachweisen. Auch die Reifefenster klaffen vor und während der Pubertät deutlich auseinander. Dennoch würden Jungen und Mädchen in der Schule über einen Kamm geschoren, kritisieren Experten. Sie plädieren dafür, Lehrerinnen und Lehrer für eine geschlechterspezifische Pädagogik zu sensibilisieren. Doch noch weiß niemand so genau, an welchen Punkten diese ansetzen müsste und welche Maßnahmen wirklich greifen.
 
Rheinland-Pfalz lässt derzeit drei Ganztagsgrundschulen in einem Modellversuch auf „Jungentauglichkeit" prüfen. Dort werden verstärkt männliche Ansprechpartner eingesetzt und Unterrichtsmaterialien, räumliche Gegebenheiten, Pausen- und Schulhofgestaltung sowie das Verhalten der Lehrkräfte unter die Lupe genommen. „Ziel dieses Modellversuchs ist es, Strategien und Konzepte zu identifizieren, die dann in der Primarstufe insgesamt eingesetzt werden können", formulierte die rheinland-pfälzische Bildungsministerin Doris Ahnen beim Projektstart.
 
Männer sind beruflich erfolgreicher
 
Ein kleiner Trost: Nach der Schule wird alles anders. Karriere ist nach wie vor Männersache, und auch beim Geldverdienen haben die Männer die Nase vorn. Nicht zuletzt deshalb, weil sich junge Frauen trotz guter Bildungsabschlüsse oft für weniger lukrative und erfolgversprechende Ausbildungs- und Studiengänge entscheiden. Zu diesen zählen übrigens auch Erzieher(in) und Grundschullehrer(in) mit niedrigem Gehalt, wenig gesellschaftlicher Anerkennung und fehlenden Aufstiegschancen. Der Frauenanteil bei den Grundschullehrkräften liegt bundesweit bei 86,9 Prozent, berichtet der Aktionsrat Bildung. Wobei Jungen weibliche Lehrkräfte grundsätzlich schlechter akzeptierten als männliche.

Geschlechterdifferenzen im Bildungssystem (2009)

LINK

Volksschullehrer verzweifelt gesucht

[Kurier, 13.03.2009]

Die Pädagogische Hochschule Wien wirbt mit der Ausstellung "Ich, Boy, 19, suche ..." verstärkt um männliche Studenten.

Lediglich zehn Prozent der derzeit in Ausbildung stehenden Volksschullehrer der Pädagogischen Hochschule Wien sind männlich. Für die Entwicklung von Schülern und Schülerinnen sind jedoch erwachsene Vorbild-Persönlichkeiten beiderlei Geschlechts wichtig. In der Realität ist der Lehrberuf aber "weiblich" – aus verschiedensten Gründen.

Um dem entgegenzuwirken steht der heurige Informationstag (19. März) unter dem Motto "Männer in den Lehrberuf". Neben der Präsentation der verschiedenen Studienangebote, wird auch die von Universitätsprofessor Herbert Lachmayer von der Abteilung für Experimentelle Gestaltung der Kunstuni Linz inszenierte Ausstellung "Ich, Boy, 19, suche ..." eröffnet (erste Führung um 10 Uhr).


Reflexion über Männerbilder

Die Reflexion über Männerbilder soll unter anderem durch Installationen in einem speziell mit Teppichen gestalteten Raum angeregt werden. Zu sehen ist die Ausstellung bis 30. April 2009, Montag bis Freitag von 8.00 bis 19.00. Führungen nach Terminabsprache bei Christine Hahn, christine.hahn@phwien.ac.at
 

Informationstag der PH Wien:
Donnerstag, 19. März 2009, 8–17 Uhr
Pädagogische Hochschule Wien
Grenzackerstraße 18, 1100 Wien

Schwache Kerle

[Der Tagesspiegel, 14.3.2009]
 
Bildungspolitiker wollen Jungen besser fördern – ihnen fällt Schule schwerer als Mädchen: Sie gelten schnell als frech, als laut und faul. Doch Jungen sind an Brandenburgs Schulen weiterhin benachteiligt.

Thorsten Metzner

Als dies bereits im September 2007 ein offizieller Bericht des Bildungsministeriums erstmals offenbarte, damals ein Novum in Deutschland, versprach SPD-Bildungsminister Holger Rupprecht im Landtag eine bessere Förderung von Jungen. Fast zwei Jahre danach kommt eine Studie zum Ergebnis, dass Jungs in der Mark immer noch häufiger als Mädchen die Schulen ohne Abschluss verlassen, auf Förderschulen gehen oder schon bei der Einschulung zurückgestellt werden. Prompt gibt es in der SPD/CDU-Regierungskoalition darüber offenen Streit. Der CDU-Bildungsexperte Ingo Senftleben warf Rupprecht am Freitag Untätigkeit nach den damaligen Ankündigungen vor – und ging damit weiter als die Links-Opposition. „Das SPD-geführte Bildungsministerium hat zum Nachteil der Jungen nicht reagiert", erklärte Senftleben.

Rupprecht und die SPD wiesen die Vorwürfe zurück. Dies sei eine „Unverschämtheit", sagte Ministeriumssprecher Stephan Breiding. Man habe gerade in einer Antwort auf eine parlamentarische Anfrage – von Senftleben selbst – über die eingeleiteten Schritte informiert, etwa bei der Ausbildung und Fortbildung von Lehrern oder von 18 Kita-Erziehern in einem Lausitzer Modellprojekt, das auf andere Regionen ausgeweitet würde. „Aber die Lesekompetenz von Herrn Senftleben lässt offenbar wegen des Wahlkampfes neuerdings zu wünschen übrig", so Breiding. Brandenburg habe mit dem Jungen-Bericht als erstes Bundesland überhaupt das Problem offen angepackt. Und die SPD-Vizefraktionschefin und Bildungsexpertin Klara Geywitz sagte: „Das Problem ist erkannt. Wer seriös Bildungspolitik macht, weiß: Man kann es nicht über Nacht lösen." Von der plakativen Forderung der Union, an jeder Brandenburger Schule einen Jungenbeauftragten einzurichten, halten SPD, Linke und Bildungsministerium jedenfalls nichts. „Ob der einzige Lehrer an der Grundschule, meist ist es der Sportlehrer, dann auch noch Jungenbeauftragter ist, löst das Problem nicht", sagte Geywitz. Wichtiger sei, dass Brandenburg seine Anstrengungen verstärkt habe, Erzieher für Kitas und Grundschulen zu gewinnen. „Die Jungs brauchen männliche Vorbilder."

An den auch in der jüngsten Länderstudie des „Aktionsrates Bildung" ermittelten Fakten, dass Jungen in Brandenburg wie auch in anderen Ländern gegenüber Mädchen häufiger zurückbleiben, kommt niemand mehr vorbei. So waren unter 2536 Kindern, deren Einschulung 2007/2008 zurückgestellt wurde, 64 Prozent Jungen – ebenso sieht es bei Sitzenbleibern aus. Von 4319 „Wiederholern" waren 2632 Jungen (60,9 Prozent). Und von 2248 Schulabgängern ohne Abschluss waren 65 Prozent Jungs. SPD-Fraktionsvize Geywitz verwies auf die laufenden Bildungsreformen, die auf eine individuellere Förderung Schwächerer an den Schulen zielen. Dort hinkt Brandenburg, obgleich es sich in der jüngsten Pisa-Studie gegenüber anderen Ländern ins Mittelfeld vorgearbeitet hat, weiter hinterher. Thorsten Metzner

(Erschienen im gedruckten Tagesspiegel vom 14.03.2009)

Es fehlen die männlichen Vorbilder


[Alstatte-Nienborg, 13-03-09]

Ahaus-Alstätte - Jungen sollen mutig, stark und durchsetzungsfähig sein, aber gleichzeitig auch einfühlsam, sensibel und rücksichtsvoll. Mit solchen widersprüchlichen Erwartungen konfrontiert und ohne liebevollen elterlichen Halt, komme so mancher Knabe im Laufe seiner Entwicklung zwangsläufig ins Schleudern, machte Diplompädagogin Anne Zorn am Donnerstag deutlich. Sie war auf Einladung des Fördervereins, der Schulpflegschaft und der Schulleitung der Katharinen-Grundschule zu einem Vortrag über Jungenerziehung nach Alstätte gekommen. Einer Schule, an der man sich schon seit längerer Zeit mit spezieller Jungenförderung beschäftige, so die Schulleiterin Beda Lassernig während ihrer Begrüßung in der voll besetzten Schulaula.
 
Anne Zorn, selbst Mutter von zwei erwachsenen Söhnen, nahm in ihrem sehr ausführlichen Vortrag die Eltern in die Pflicht. Zunächst aber verdeutlichte sie die Situation, in der sich viele Jungen befinden. So haben sie laut Zorn zu wenige männliche Vorbilder in Kindergarten und Grundschule, und zu Hause seien die Väter arbeitsbedingt auch häufig abwesend. Mütter wiederum seien in dem Dilemma, einerseits vor dem Hintergrund der Erfolge der Emanzipation einen hilfsbereiten Frauenversteher , andererseits aber auch kein schwächliches Weichei erziehen zu wollen.

 
Wie ein roter Faden zog sich die Aufforderung an die Eltern durch Anne Zorns Vortrag, mit ihren Kindern im Gespräch zu bleiben und sie zu lenken. Eltern seien in ihrer Rolle sehr gut, wenn sie die Kinder davon überzeugen könnten, das zu wollen, was sie sollen. Vor allem müsste aber den Jungen Struktur gegeben werden. Wären sie erst einmal durch zu viele sie im Grunde überfordernde Freiheiten erziehungsentwöhnt, werde der Umgang mit ihnen immer problematischer. Aufgeregtes Anschreien würdigt nur herab, und sie verschließen sich nur , erklärte sie. Darüber hinaus vertrat Zorn die Ansicht, dass Jungen viel länger als Mädchen bräuchten, bis sie etwa ihr nachmittägliches Lernpensum selbst strukturieren könnten. Bei Schwierigkeiten empfahl sie, die Persönlichkeit des Jungen mit all ihren Ecken und Kanten zu akzeptieren und klar zu ihm zu stehen. Und ihm durchaus auch über das 18. Lebensjahr hinaus in eindeutigen Ich-Botschaften bewusst zu machen, dass beispielsweise eine seiner Handlung als katastrophal empfunden werde, er gleichzeitig als Mensch aber vorbehaltlos respektiert werde.
 
Der sicher viele in Ratlosigkeit versetzende jüngste Amoklauf eines Heranwachsenden wurde nur kurz von Anne Zorn gestreift, die sich im Anschluss an ihren Vortrag den Fragen aus dem Publikum stellte.
 
VON SIGRID WINKLER-BORCK, GRONAU

Warum Jungen in der Schule Problemfälle werden


[Welt-Online, 7. März 2009]

Von Miriam Hollstein

Experten sind sich einig: Jungen werden im deutschen Bildungssystem benachteiligt. Die Folge sind schlechtere Noten, höhere Sitzenbleiberquoten, häufigere Leseschwächen als bei Mädchen. Oft wird die große Zahl von Lehrerinnen dafür verantwortlich gemacht. Aber Forscher sehen die Ursachen differenzierter.


Erste Zweifel am deutschen Bildungssystem kamen der Berlinerin Sabine Schubert (Name geändert), als ihr Sohn Maximilian vor sechs Jahren eingeschult wurde. Zwar schaffte der Sechsjährige die Einschulungstests ohne Probleme, doch mit dem Stillsitzen haperte es. Kein Problem, versicherte die Schule der besorgten Mutter. Nach einem halben Jahr kam Maximilian jedoch mit einer Schulanweisung nach Hause: Weil er unerlaubt an einem Turngerät herumgeklettert war, durfte er eine Woche nicht am Sportunterricht teilnehmen. Als er wegen Störung des Unterrichts auch öfter in einen „Sozialraum“ abgeschoben wurde, nahm Schubert ihn von der Schule.


An der zweiten Schule wurde es nicht besser. „Im Fach Deutsch mussten die Kinder Bienengeschichten lesen, im Kunstunterricht Schmetterlinge malen und beim Sport Schleiertänze aufführen“, erzählt Schubert. Weil Maximilian und andere Jungen ihren Bewegungsdrang im Unterricht abbauten, seien sie dafür ständig vor der Tür gelandet.


Erst an der dritten Schule lösten sich Maximilians Probleme in Luft auf. „Seine Klassenlehrerin hatte selbst zwei Söhne, kannte sich mit Jungen einfach aus“, sagt Schubert. Für die 42-Jährige ist nach der leidvollen Erfahrung klar: „Jungen haben es in der Schule viel schwerer als Mädchen – man lässt sie einfach nicht mehr Jungen sein.“


Jungen sind die Verlierer unseres Bildungssystems. Zu diesem Schluss kommt auch der Germanist Arne Hoffmann in seinem neuen Buch „Rettet unsere Söhne“. Schon im Kindergarten kämen die Bedürfnisse von Jungen zu kurz. Auch in der Grundschule würden Mädchen vom überwiegend weiblichen Erziehungspersonal ständig bevorzugt. Von einer „Feminisierung der Schule“ spricht Hoffmann. Sie sei Folge „eines überbordenden Feminismus“, der in seinem Ziel, die Rechte der Frauen zu stärken, die Anliegen der Männer in gefährlichem Maße ignoriert habe. Werde diese Entwicklung nicht gestoppt, wachse eine Generation von männlichen Bildungsversagern heran.


Hoffmanns These ist nicht ganz neu. Vor knapp zwanzig Jahre erschien das Buch „Kleine Helden in Not“, von Dieter Schnack und Rainer Neutzling, das erstmals darauf hinwies, dass im Zuge der Frauenförderung die Jungen aus dem Blick geraten waren. Inzwischen ist eine Reihe von Büchern erschienen(„Die Jungenkatastrophe“, „Jungen in der Krise“ und „Kleine Jungs – große Not“), die alle zu demselben Schluss kommen: Jungen werden in unserem System benachteiligt.


Wer zweimal sitzen bleibt, ist oft ein Junge

Die Vertreter dieser Thesen verweisen dabei auf Fakten:


Je niedriger qualifizierend die Schulform ist, desto höher ist der Jungenanteil. Jungen verlassen häufiger als Mädchen die Schule ohne Abschluss. Mädchen erreichen häufiger die Hochschulreife als Jungen.


Jungen bleiben häufiger sitzen. Laut Pisa-Studie müssen bis zur 9. Klasse 35 Prozent der Jungen, aber nur 26 Prozent der Mädchen eine Klasse wiederholen. Wer zweimal sitzen bleibt, ist oft ein Junge.


Der Anteil an Lehrerinnen liegt in der Grundschule bei fast 90 Prozent; im Kindergarten sind sogar 98 Prozent des Erziehungspersonals Frauen. Nur an Gymnasien finden sich im Schnitt fast ebenso viele Lehrer wie Lehrerinnen.


Studien zeigen, dass Jungen selbst bei gleichen Leistungen im Schnitt eine Note schlechter bewertet werden als Mädchen.
Jungen leiden zwei- bis dreimal so häufig unter Lese- und Schreibschwäche wie Mädchen.

Auch Pädagogen aus der Praxis sehen die Entwicklung mit Sorge. „Viele Jungen werden in Kindergarten und Grundschule oft nicht optimal gefördert, weil Erzieherinnen und Lehrerinnen eher auf Verhaltensmuster von Mädchen eingestellt sind“, sagt Frauke Hanebeck, Lehrerin und Unterstufenleiterin an einem Kölner Gymnasium und selbst Mutter von zwei Söhnen. Kommen die Jungen dann zu ihr ans Gymnasium, „atmen die richtig auf, weil sie plötzlich von Männern betreut und sich verstanden fühlen“, hat Hanebeck beobachtet. Zwar gebe es Fortbildungsangebote für Lehrer, was geschlechterspezifische Pädagogik betrifft. Doch die seien allesamt freiwillig.

"Frauen können Jungen nicht zu Männern machen“


Von einer „heimlichen Diskriminierung“ spricht der renommierte Männerforscher Walter Hollstein („Was vom Manne übrig blieb“). Von einseitigen Schuldzuweisungen hält er freilich nichts. Vielmehr sei es ganz natürlich, dass Frauen sich auch im Umgang mit Jungen vor allem an ihren weiblichen Handlungsmustern orientierten. „Das wird zu wenig reflektiert“, glaubt Hollstein. Der amerikanische Dichter Robert Bly hat das Dilemma mit den Worten auf den Punkt gebracht: „Frauen können Jungen auf die Welt bringen, aber sie können sie nicht zu Männern machen.“


Widerstand gegen solche Thesen gibt es vor allem von feministischer Seite. Männern, die auf die Entwicklung aufmerksam machen, wird unterstellt, sie würden um die Macht des Patriarchats fürchten. Der Hamburger Gesamtschullehrer Frank Beuster wurde in Briefen und Internetblogs als „Neandertaler“ beschimpft, weil er in seinem Buch „Die Jungenkatastrophe“ die Auffassung vertritt, dass Jungen anders als Mädchen sind. „Damit schaden sich die Frauen letztlich selbst“, warnt Beuster. „Denn wenn wir das Problem verdrängen, wird eine Generation von Männern heranwachsen, die weder zu Vätern noch zu Ehepartnern taugt.“


In der Pflicht sehen Experten wie Beuster oder Walter Hollstein aber in erster Linie die Männer. Sie hätten zu passiv auf die Auflösung traditioneller Rollenbilder reagiert. Dabei geht es den Männerforschern nicht um eine Rückkehr zu alten Mustern. Aber während sich für Mädchen – nicht zuletzt aufgrund gezielter staatlicher Förderung – längst neue Frauenbilder etabliert haben, fehlt es für Jungen an klaren Identifikationsangeboten. „Männer sollten stärker über ihre Rolle nachdenken“, fordert Hollstein. Auch müssten Erzieherberufe gesellschaftlich aufgewertet und damit auch für Männer wieder attraktiver gemacht werden.


"Boys' day für typische "Frauenberufe"


Der Pädagoge Beuster hat an seiner Schule „Jungen-Nachmittage“ eingeführt. Einmal im Monat unternimmt er, unterstützt von Vätern und Männern aus dem Schulumfeld, mit Fünft- bis Zehntklässlern typische Jungenaktivitäten: Computer werden auseinandergebaut, Fußball gespielt oder Waffen aus Holz geschnitzt. Mädchen bleiben außen vor: „Die Jungen sollen spüren, dass es nur um sie geht.“


Gemeinsam mit der Hamburger Regierung arbeitet Beuster zudem daran, „Jungenbeauftragte“ an den Schulen einzuführen. Diese sollen auch darauf achten, ob der Lehrplan „jungentauglich“ ist.


In München gibt es bereits seit 2003 „Jungenbeauftragte“ an den Schulen. Auch sonst gibt es Anzeichen, dass die Benachteiligung von Jungen als gesellschaftliches Problem erkannt wird. In immer mehr Städten gibt es inzwischen einen „Boys' day“, der spiegelbildlich zum „Girls' day“ Jungen für typische „Frauenberufe“ im Erziehungs- und Pflegesektor heranführen soll. Aber auch eine wachsende Zahl von Frauen sieht das Thema nicht länger als Waffe des Geschlechterkampfs. Dies zeigt ein Beispiel aus Hamburg: Dort war an einer Grundschule nur weibliches Personal tätig. Als die Direktorin vor anderthalb Jahren in den Ruhestand ging, beschlossen die Lehrerinnen dies zu ändern. Sie wählten einen Mann zum Nachfolger. Einstimmig.

Rettet unsere Söhne

Wie den Jungs die Zukunft verbaut wird und was wir dagegen tun können.

Mit 10-Punkte-Sofortprogramm
Erscheint: März 2009
188 Seiten
Klappenbroschur
€ 16,95 [D], € 17,50 [A], sFr 29,90
ISBN: 9783866122277


Unsere Jungen sind zum Problemfall geworden. Sie führen die Liste der Schulabbrecher, Arbeits-losen und sozial Auffälligen an. Das ist weder Zufall noch die Schuld männlicher Gene, sagt Arne Hoffmann. Sondern das schwerwiegende Versäumnis eines Systems, das seit Langem und wissentlich Mädchen auf Kosten der Jungen fördert. Ein provokantes, streitbares und dringend notwendiges Plädoyer für wahre Gleich-berechtigung.

»Jungs sind dumm« ist nicht nur eine beliebte T-Shirt-Aufschrift, sondern die Haltung, mit der unser Land einer gesamten Generation von Jungen gegenübertritt. Mit erschreckender Klarsicht führt Arne Hoffmann vor, wie die Pädagogik und Politik die offene Diskriminierung unserer Jungen zulassen. Dass nicht nur Mädchen, sondern auch Jungen die Zukunft unseres Landes sind, wird dabei vergessen. Ein in seiner Polemik ehrliches, nicht frauenfeindliches, sondern jungenfreundliches Buch über die Schattenseiten des Gleichberechtigungswahns, die auszusprechen in unserer Gesellschaft fast schon einem Tabu gleichkommt.